lunes, 17 de mayo de 2010

Badajoz: de cajas,cartones, cacas y ruidos, hasta el mismo moño






En las fotos, letrero en Chiclana advirtiendo contra los ruidos y recipientes de basuras doméstica e industrial situados en Conil. Dos buenos ejemplos para Badajoz.


Que a Badajoz le queda por aprenderlo casi todo en materia de limpieza urbana, de cacas de perros y de ruidos es algo que hasta los más tiernos infantes lo saben. Lo saben todos menos algunas autoridades y menos muchísimos vecinos guarrillos que tenemos en la ciudad y que nos obligan a que los demás vecinos paguemos por sus guarrerías y se las limpiemos. Por suerte, cada día se ve a mas propietarios de perros que van provistos de la bolsita recoge-mierdecillas, pero son más los que pasan olímpicamente y dejan que sus perros echen lo que tengan que echar allí donde se les antoja. El ayuntamiento ideó poner unos espacios en algunos parques, con más arena, para que así los perritos acudan allí a soltar sus excrecencias. Pero con eso no basta, porque sucede que muchos de esos sitios dotados de más arena son al mismo tiempo lugar apetecible para que los chavalinos de poca edad se metan a jugar con la tierra y con lo que se encuentren. Lo peor no es que esos lugares no se limpien bien por los servicios de limpieza; lo peor es que eso tampoco se hace en innúmeras aceras y paseos, donde uno no puede circular sin tener la precaución de mirar bien donde pone sus zapatos.
A esa basura de origen estomacal se une la otra, la de los cientos de papeles, cartones, latas, botellas, colchones, televisores (sí, sí, televisores) y un sinfín de cosas que los ciudadanos incívicos dejan en mitad de la calle. Hay algunas calles, además, que son modélicas de la guarrería, como mi calle, que para más inri se llama Agustina de Aragón, para mayor sonrojo de la titular de la calle que seguro la emprendería a cañonazos si descubre a los vecinos guarros-guarros. Hay puntos en nuestra ciudad de especial significación en esto de la guarrería urbana. Son los alrededores de algunos comercios que no disponen de recogida de basura comercial o pasan de ella. Hay zonas en las que los empleados de Limpieza pasan a media mañana recogiendo las basuras del comercio, especialmente cajas y cartones... porque hay comerciantes que aunque tengan cerca contenedores de papel, prefieren dejar en mitad de la calle sus cartones a la hora que les viene en gana. Ejemplo perfecto de esta desidia es la Avenida de Fernando Calzadilla (para mi que por el caos de tráfico y otras cosas debería llamarse avenida de Fernando Pesadilla), en la que ni por asomo se ve a esas horas presencia policial que ponga un poco de orden y por fin haga realidad esa promesa de las multas cuantiosas que tanto estamos esperando y deseando que lleguen.
En esta avenida, en sus dos aceras cerca del cruce con la autovía, hay verdaderas competiciones diarias a ver quién deja más cajas de cartón en mitad de las aceras. Nada de policía por aquí, nada de policía por allí, caja y cajón que van a la calle... Hace unos días he podido fotografiar en Conil unos curiosos artilugios, verdaderas cajas de camión listas para recibir basuras de comercios. No había ni un solo cartón ni papel en las immediaciones. Si ya una vez recomendé al concejal Ávila que se acercase a Zamora a ver la limpieza de las calles, ahora le recomiendo ir a Conil, por si le puede apretar las tuercas a la nueva concesionaria del servicio de Limpieza y exigirle que coloque en puntos estratégicos de las barriadas y del centro puntos de recogida de mierdecillas de estas.
Y ya, aprovechando que estamos por la costa gaditana, no puedo resistir la tentación de traer también un aquí un cartel que me he encontrado en la playa de La Barrosa, en Chiclana de la Frontera. También muy apropiado para Badajoz. Allí hay nada menos que un plan de Andalucía para luchar contra la contaminación acústica, que sería muy apropiado aplicar en Badajoz, una ciudad que parece reacia a colocar cartelitos de estos en diversos puntos, en aquellos que es necesario recordarle al personal varias cosas. A saber: que no ensuciemos, que no seamos guarros y que no hagamos tanto ruido, sobre todo ahora que viene el buen tiempo y apetece descansar con las ventanas abiertas, por las que algún día se nos va a meter una moto escandalosa o alguno de los aviones de la Base Aérea cuando andan haciendo maniobras. Porque lo que es el supuestamente ensordecedor ruido del AVE (que no es tal, que lo sé, que lo he oido), por ahora y por mucho tiempo, no lo vamos a tener, mireusté.