lunes, 30 de julio de 2012

Guadalupe, mi escuela


En la imagen aparecen conmigo  Miguel Caballero, Miguel Lucas, Paco Sansón, servidor con las barbas y Antonio Regalado

Corría el principo de los 70 del siglo pasado. Aún siendo yo un pardillo recién titulado en la Escuela de Magisterio de Badajoz (que conocía entonces todo el mundo como “la Normal”), me planté en la Escuela Virgen de Guadalupe con la pretensión de encontrar un trabajo. Depositó toda su fe en mi Lorenzo García Aretio, entonces Jefe de estudios, y sin más prueba que mostrar mi papeleta de aprobado en la Reválida de Magisterio entré a trabajar en un centro que marcó un antes y un después aunque la enseñanza no acabaría siendo mi modo de vida. Pero me quedan los gratos recuerdos de aquellos años, el contacto posterior con quienes de verdad fueron mis segundos maestros en la enseñanza, compañeros con quienes compartí la sala de profesores, aquella especie de sancta sanctorum en la que tanto se aprende.
Paco Sansón, Antonio Regalado, Miguel Lucas, Miguel Caballero, Aurelio Mejías y Julio Fernández Casitas fueron además mis compañeros de viaje en una aventura que duró muchos años, la Semana de Extremadura en la Escuela, y de ellos aprendí lo que no había asimilado de la Escuela Normal, lo que se enseña en el día a día de la pizarra, la tiza, la paciencia, la constancia, el esfuerzo en modelar el carácter y las mentes de aquellos muchachos que la buena gente de San Roque ponía en nuestras manos para enseñar a andar por el jodido sendero de la vida. Mi experiencia en Guadalupe es tan imborrable y tan buena que desde entonces  he aprovechado cualquier excusa para acercarme al centro. Y durante muchos años he encontrado a antiguos alumnos en gran cantidad de centros de trabajo de Badajoz, que me han recordado con cariño. Ahora Guadalupe acaba de cumplir 50 años y no puedo dejar pasar más tiempo sin agradecer lo que esta admirable Escuela y sus profesores han hecho por Badajoz.

(Publicado en la edición impresa de HOY el 30 de juliio de 2012)

viernes, 6 de julio de 2012

Ahora que tengo menos plancha

La playa, la cerveza, el Ayuntamiento (sí, sí, el Ayuntamiento ) y la calle Ancha de Punta Umbría, en imágenes tomadas el 2 y 3 de julio de 2012. Fotos: M. LÓPEZ. /> Con estos calores, tengo menos plancha y más vagá para otras cosas. Lo de menos plancha es explicable porque en estas fechas con las camisetas y los pantalones cortos no hay que preocuparse mucho por las arrugas, salvo por las de la cara y la barriga. Y me ha dado tiempo a recoger de la tintorería el edredón y guardarlo en el altillo. Mientras, hay que pensar en echar el tiempo por algún lado y nada mejor que decidirse por la playa. En Badajoz hay cientos de esquinas que son como un libro abierto. Junto a agencias legales se disparan en las paredes pasquines anunciado viajes a la playa: ¡ todo el día! Ahí es nada el regalito, salir de Badajoz a las 5 o las 6 de la mañana, plantarse en la playa (La Antilla, Punta Umbría, Isla Canela, Matalascañas, ¡Peloche! -sí, sí, playas de Peloche-) y volverse con la fresquita, con el autobús bien calentito de todo el día al sol. Me imagino los autobuses recogiendo en su barriga las sombrillas, las sillas, las neveras, las toallas y las esterillas bien enrolladas. Y el personal, con las gorras ellos, con las pamelas ellas, con la bolsa del primer bocadillo en la mano, los más prevenidos con el transistor, asomando en algún caso media sandía en la bolsa de la compra de Mercadona. Luego en la playa será ello, con el solito calentando, espetos y sardinas asadas en el chiringuito, huevos cocidos, cáscaras de melón por todos lados, chuletas fritas empanadas, tortilla de patatas, balonazos, arena y más arena en el picadillo porque se levantó viento, paisa vendiendo ¡barato, barato!... Estando así, ¿quién piensa en la plancha o en el edredón? Esto es vida, llegamos llenos de churretines de sudor a Badajoz y a la semana que viene, cuando se hayan curado las quemaduras, nos vamos a otra excursión y si Mariano quiere que nos suba el IVA. ¡A nosotros! ¿qué se habrá creído? /> (Publicado en la edición impresa de HOY el 29 de junio de 2012).