jueves, 23 de noviembre de 2017

¡¡¡ Que nos devoran, nos devoran !!!


Lo usual, la imagen diaria en esta zona, docenas de patos triscando, comiéndose el césped y soltando después las mierdecillas. Lo menos frecuente es poder captar a dos patos en solitario.
(Fotos, M. LÓPEZ)

Todos tenemos sueños de los que deseamos despertarnos con urgencia. El ser devorado por un caimán o mordido por una rata es muy frecuente entre los que tenemos mente dispersa. O que los pájaros de Hitchcock te asedien por los pasillos de casa y te hagan la trepanación. Lo de los jíbaros ya está superado. Aquí y ahora, y cuando el alcalde Fragoso sigue sin nombrar un concejal de la tonterías ni un edil de los patos, mucho me temo que vamos a ser invadidos y espero que no devorados por estos bichejos que si en primavera me resultaban simpáticos, con su cuá-cuá, ahora empiezan a tocarme las narices. Y es que los patos, y sus excrementos, empìezan a tomar posesión peligrosamente del parque de Las Moreras, ese que no hace mucho a mi me parecía idílico y ahora está empezando a mostrar sus escondidas carencias.

Y es que los patos, como sucede con todos los animales, evacuan y expulsan al exterior sus excrementos. Este asunto es un poco escabroso o escatológico, pero no se le puede dar de lado. Cuando eran unos tiernos patitos y no devoradores ansiosos de verde, sus excrementos, tan mínimos (los de los patos) no imponían temor ni asco. Pero ahora que han crecido y deben rondar algunos el cuarto de arroba, las móñigas (por decirlo en fino) han empezado a ser un asqueroso complemento del paisaje. Hacen lo que pueden los encargados de la limpieza, pero las mierdecillas están por todas partes. Las cacas podían verse sólo en las zonas pobladas por el verde, pero los bichos han perdido la verguenza y ya se meten entre los aparatos de gimnasia, en los paseos, bajo los bancos en los que no sentamos los imsersos a consultar la hora o el washap... Patos, patos, patos y mierdas asquerosas en nuestras propias narices... Algo habrá que hacer (¿quizá eliminar los huevos de las próximas puestas?). Por allí realizó una de sus famosas carreras Mariano Rajoy, a ver si le llega la noticia y ahora que tiene pocas preocupaciones le manda un recadito al alcalde de Badajoz. “Fran, ¡písales los huevos!”, por ejemplo. Cuá-cuá.

(Publicado en la edición impresa de HOY el miércoles 29 de noviembre de 2017)
Añadido posterior: Según trabajadores encargados de limpiar la zona, la colonia de patos ya supera los 1.500 ejemplares. Refieren los trabajadores además que la presencia de patos está causando que muchas especies habituales en la zona, como las garzas, hayan tenido que huir de este lugar. Lo dicho, para pisarles los huevos.