Acabo
de encontrarme en el buzón un hermoso regalo. Un libro. Nada menos
que un libro para un día como hoy, 23 de abril, el Día del Libro.
Desde Sevilla, donde se jubilea, el nogaleño José Antonio
Ramírez Lozano sigue dando rienda suelta a su imaginación,
fabulando. Ahora es “El camello de oro”, una divertida
historia que bien pudiera estar asentada en las cercanías de su y mi
Sierra de Monsalud, por donde vagué de chico cerca del cortijo de
Los Madroñales, por el arroyo de la Pata la Mora, por el pilar de
las Cobarteras, por los cercados de Las Navas, por la Bejarana Siete
Vientos que me sigue llamando a cada paso que doy.
Las
de este libro no son historias urbanas de un Badajoz que nos
sorprende cada día, ora con el reparto de los gansos, ora con las
excavaciones que se hacen en el asfaltado de Sinforiano Madroñero
y, si preciso fuera, ora pro nobis. Este es un libro hermoso, de los
que agrada que te pongan en las manos, porque van más allá de una
pura y sencilla creación literaria, porque encierra en sí vivencias
y sobre todo, imaginación a raudales, como la que nos está faltando
en muchos aspectos de nuestra vida, sea en la política, en la
enseñanza, en las artes, en el devenir diario. Aquí no salimos de
las rutinas, del y tu más, de cerrar una feria y abrir otra parecida
al mes, de enzarzarnos por la pintura del suelo o por el color de las
banderas, de hacer cada día más rotondas, de ver a quién le
echamos la culpa de los baches de nuestras calles y carreteras... Por
eso, en un día como hoy, se hace más necesaria la presencia de los
buenos libros, como este de Ramírez Lozano, que vienen a
sembrar un poco de cordura en esta sociedad preocupada por que a
nadie le falte llevar su ganso bajo el brazo.
(Publicado en la edición impresa de HOY el lunes 23 de abril de 2018, Día del Libro)