Admito
ahora la visión de futuro que tuvo el entonces alcalde de Badajoz,
Gabriel Montesinos, cuando al ser preguntado por el uso que se
iba a dar a la Plaza de Conquistadores dijo una frase que servidor
agarró como muletilla para todo. Dijo que aquella plaza no era más
que “un lejío de chinatos”. Se demostró al final que iba
a ser acertado dar los pasos a favor de la instalación en la plaza
de El Cortes Inglés, eliminando los chinatos, aunque sus rivales
políticos de entonces encabezaron manifestaciones con las pancartas
de “yo también (¿o no?) quiero la plaza”. Durante unos años,
hasta que vino don Isidoro a inaugurar El Corte Inglés con
Rodríguez Ibarra, aquello siguió siendo un lejío de
chinatos. Hoy ya no lo es aunque a veces, cuando se ven las
sucesivas chapuzas que se hacen sobre la plaza con las baldosas, como
con la calle Menacho, uno se pregunta si en efecto aquello
sigue siendo un lejío, aunque ya no haya chinatos. Fue la del “lejío
de los chinatos” de Gabriel Montesinos, una frase feliz que
pasará a la pequeña historia periodística de Badajoz, como lo va a
ser la que se ha sacado de la manga Juan López Lago,
reportero dicharachero de este periódico, que hace días se refería
al cuidado que hay que tener de que no se moje la leña, lo que sin
duda entendemos los que somos de pueblo y los que tienen una
parcelina, con una casina, en la que hacen una candelina para asar la
chacina y calentar la cocina (y ya está bien, no hay más ina).
Porque no es solo tener el campito para echar un rato los fines de
semana sino que hay que cuidar de los cientos de cosas que implica,
como vigilar que cuando se ponga a llover no le dé el agua a la leña
o el chalé se llenará de humo al primer cerillazo. O esa nueva
preocupación de los dueños de estos lugares con la instalación de
los contadores inteligentes, que las eléctricas han implantado y que
cortan la luz a todo vecino que se pase en el consumo de las
potencias contratadas. Las eléctricas van a lo suyo, a vé…