sábado, 21 de mayo de 2016

Quien se mete debajo de hojas...












Ramajos colgando de árboles en la Avenida Fernando Calzadilla de Badajoz. (Fotos M. LÓPEZ)

Le tenía yo aprendido a algunos de los muchos, muy buenos y muy desaprovechados técnicos municipales que ha tenido y tiene el ayuntamiento de Badajoz: que llegadas las épocas de ferias (y también antes de las elecciones) era bueno repintar todos los pasos de peatones y de cebras de la ciudad. Por razones de seguridad, mayormente. Porque Badajoz se llenaba de forasteros y conductores atolondrados que no respetaban los pasos, alegando que no los veían. Y así un año y otro el alcalde ordenaba librar una partida de pintura a finales de mayo, para prevenir. Ahora, el ayuntamiento sigue sin hacerme caso: ni nombra un concejal de las tonterías, ni crea una patrulla canina para tapar los agujeros que dejan las baldosas que la propia desidia se ha ido llevando, ni persigue con más ahinco a los dueños de perros cagones, ni tapa los baches, sólo ha limpiado una cuarta parte de los solares municipales llenos de fusca que hay en la ciudad (aunque la hazaña que se vende es que “sí se ha limpiado” una cuarta parte, etc)... en fin, que cómo voy a pedirle ahora que pinte los pasos de peatones, si ellos -los concejales- están en este momento a otra cosa, a reñir, a encender el ventilador... ¿Cómo voy a pedirles que se ocupen del ramoneo de los naran jos de Santa Marina o de los múltiples árboles que amenazan con saltarnos los ojos cuando vamos andando distraidos. Por ejemplo, por Santa Marina o por la Avenida de María Auxiliadora, donde a los ramajos de los árboles les ha dado por apuntar al suelo y amenazan con sacarnos los ojos a los que superamos ligeramente la talla (de estatura física, claro), de nuestro alcalde, que el señor guarde.

Como el año se metió en agua, éramos muchos los que nos escondíamos bajo los árboles en días de lluvia, olvidando el refrán tan nuestro que recuerda que “cuando uno se mete debajo de hojas, dos veces se moja”. Y ahí sí que no vale la patrulla canina ni el concejal de las tonterías, porque la patrulla no sabemos a qué la dedican y el concejal de las tonterías, que yo añoro, ni está ni se le espera. Visto lo visto, me voy a hacer un Imserso y que ustedes lo pasen bien.

Publicado en la edición impresa de HOY el lunes 23 de mayo de 2017