martes, 15 de enero de 2019

Nosotros, los maestros del 69





Las escaleras de acceso a la Escuela Normal, que tantas veces subimos entre los años 1967 y 1969. Cerca, los naranjos y los paseos de Santa Marina. (Fotos, M. LÓPEZ)


NO solo es que no hubiera pizarras electrónicas, sino que estaban pendientes de inventar. No es que no hubiera calefacción ni aire acondicionado, es que ni se sospechaba que pudieran llegar algún día a las aulas. A lo lejos se adivinaba que algún día el maestro podría salir a la pizarra y pintar la palabra dictado con tizas de colores. Hasta entonces, a lo más que aspìrábamos era a imaginar en color las cigueñas que don Isauro Luengo quería enseñarnos a pìntar, entornando los ojos y mirando a la pared como si uno fuera un oriundo de la lejanísima y comunista China.

Era el año 69, hace 50 años, y una parva de estudiantes y estudiantas, rozando los 20 años, aspirábamos a salir del ya entonces viejo edificio de la Escuela Normal en la Avenida de Santa Marina de Badajoz con el título de maestros de primera enseñanza bajo el brazo, previo reválida y paso obligatorio por los campamentos de Chipiona o Puente Zuazo. El Servicio Social en la niñas también era obligatorio y juntos y juntas formaríamos la primera promoción en la que ya no era pecado que chicos y chicas asistiéramos juntos a las clases, excepto a las de Educación Física, faltaría más.

Ahora, 50 años después, aquella promoción se ha empleado a fondo en el watshapp para volver a juntarnos y celebrar la pervivencia de las ilusiones juveniles. En ello estamos, festejando que ya hay pizarras electrónicas y calefacción en las escuelas y tizas de colores en las manos de nuestros nietos.

(Publicado en la edición impresa de HOY el lunes 14 de enero de 2019)