Quizá
por ser un músico frustrado, he valorado siempre como se merece a
los profesionales de la música. Hace años ya que en mi casa somos
socios de la Orquesta
de Extremadura
y no nos perdemos ni un concierto de abono, así como las amenas
charlas
previas de Santiago
Pavón.
La Orquesta de todos, en cuya gestación tanto peso tuvo Paco
Muñoz
en su época de consejero de Cultura, es hoy ese lujo de todos que en
estos días nos trae su arte a casa, mientras dure penduleando sobre
nuestras cabezas el maldito bicho. No hay día en que no podamos
desde casa saborear ese chute de cultura, que nos traen con gracia y
arte. Tengo dos huenos amigos en el plantel que me visitan con su
música y me honran con su presencia. Javier
Borreguero,
violin y Gustavo
Castro,
trompa, pasean ya con soltura por el salón de mi casa y van dejando
caer notas y sonidos que me hacen más llevadero el confinamiento. Si
alguna tarde se retrasan, salgo al balcón de mi casa de Santa
Marina
y con la compañía de las palmas de mis vecinos de Agustina
de
Aragón,
les recuerdo que les estoy esperando, hasta que volvamos al día de
poder ocupar nuestros asientos en el Palacio
de Congresos de Badajoz,
ese templo musical que va a formar ya para siempre parte de mi
memorial de jubilado, ese escenario cultural de que gozamos en
Badajoz gracias a la gestión de personas como Paco
Muñoz.
Hay, en esos días que estamos padeciendo, algunas tardes en que nos
puede la melancolía, que nos echa para atrás el deseo de seguir en
casa leyendo, pero las palmas y los saludos de vecinas y vecinos, de
balcón a balcón, obran el milagro de espolearnos, para agradecer su
labor a tantos profesionales (de la sanidad, de Cuerpos de Seguridad,
repartidores de prensa, quiosqueros, distribuidores de alimentación,
servicios de Limpieza, funcionarios municipales anónimos,) que están
dado su alma por nosotros, por todos, Como, sin ir más lejos, a
gentes como Javier
y Gustavo
que desde sus casas nos alegran la tarde con sus músicas y sólo con
una trompa o un violin y unas generosas sonrisas nos hacen superar
esto del bicho con la magia de la música.