domingo, 24 de agosto de 2014

El lejío es para el que se lo trabaja

Me contaba Manolo Pérez, el veterano locutor y ex director de RadioCadena Española en Badajoz, en aquellos buenos tiempos en que en Sailor´s una noche si y otra también nos pasábamos “a lo fregao”, que en su juventud (porque él también fue joven, no crean) se iba a las murallas de Mérida a tirarle pedruscos a los enemigos de Calamonte al grito de guerra de “calamonteño, rabúo” (espero que no se me molesten ahora ya por recordarlo). Porque en Mérida siempre han tenido muchas piedras, para dar y tirar y no como en Badajoz, donde lo que abunda son los chinatos. De eso quería yo hablar hoy otra vez porque hace unos días un colega colaborar de esta columna, Fernando Sánchez Lavado, se refería a la Plaza de Conquistadores diciendo que el pueblo la había bautizado como el lejío de los chinatos y exactamente no es así. Fue el entonces alcalde de Badajoz Gabriel Montesinos, (que también llegó a la alcaldía de rebote como Fran Fragoso), quien defendía la firma de la cesión de terrenos a El Corte Inglés, a la que se oponía el Partido Popular de aquel momento, con Miguel Celdrán como primer espada (era concejal, pero en la oposición). Incluso el PP llegó a propiciar la colocación de pancartas en los edificios que hoy miran a El Corte Inglés, en las que podía leerse “Yo también quiero la plaza”. Tuve la suerte de ser yo como plumilla el que recogió y aireó después siempre que pude aquella frase: “Esa plaza no vale para nada. Es un lejío de chinatos”. Triunfó la opción de El Corte Inglés porque el PSOE tenía mayoría en el ayuntamiento y parece que el resultado no podía ser mejor de lo que ha sido. Hoy, junto a lo que fue el lejío de los chinatos, por desgracia, permanece sólo el que bien podríamos llamar el lejío de las palmeras.

(Publicado en la edicióm impresa de HOY el viernes 22 de agosto de 2014)

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