A mis cortas luces que los que somos de pueblo tenemos muchos inconvenientes y bastantes ventajas. Entre los primeros, no haber visto el mar hasta la edad madura. Yo vi el mar por primera vez en las playas de Chipiona cercano a mis primeros 20 años. No me lo perdoné y por eso mi primera hija gozó aguas marinas con apenas tres meses, hace ya casi cuatro décadas. Ahora, pertenezco como muchos a la generación Imserso, a la misma que Alfonso Guerra criticaba cuando espoleaba contra la Ucedé bajo el lema de “¡qué buenos son, que nos llevan de excursión!”. Muchas personas en mi familia y en las de muchos lectores murieron sin ver el mar, la mar.
Lo mío fue un viaje ansiado, una forzada presencia en el campamento Hernán Cortés de Chipiona, a donde había que ir por narices para refrescar los principios del Movimiento etc si uno aspiraba a poder sacarse el título de maestro después de tres años en la Normal de Magisterio de Badajoz. Por allí andaban como “mandos” (entonces no se decía monitores)Juan León, Manuel Mayorga o Gerardo Alvarado(+) personajes hechos y derechos allá por el año sesenta y muchos del siglo pasado.
Hoy, con la cartilla de jubilado en el bolsillo, he dispuesto junto con otros cincuenta y pico extremeños (tras once horas de viajes en autobús, tren y otra vez autobús) de otras posibilidades de acercarme al Mediterráneo, ese mar mágico, y de pasar por lugares tan emblemáticos como Calella, Barcelona, Figueres, Tossa, Canet, Arenys (jartos de trenes cada veinte minutos) y de cruzar la frontera en escapada fantástica hasta Perpignan y Colliure, palpando de cerca la losa que da reposo a los restos mortales de don Antonio Machado. Casi sin solución de continuidad, con el parénteseis de ese medio siglo mal contado, he pasado de Chipiona a Colliure llevando en mi equipaje las ilusiones jóvenes del campamento y de las playas de Regla hasta mis canas y calvicie incipiente en el mágico cementerio que entierra al admirado poeta, bajo banderas hermosamente republicanas.
(Publicado en la edición impresa de HOY el miércoles 6 de mayo de 2015)
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