lunes, 25 de abril de 2016

No se arrimen a la pared, que se van a llenar de cal


  • (Ahí está el cartel para reconvenir a los que ponen los pies en pared)

Ahora que no nos oye mucha gente es el momento de que les cuente sin dar muchas voces de la verguenza que vengo sintiendo de unos meses a esta parte cada vez que los martes y jueves acudo a las clases de la Universidad de Mayores en el campus de la Universidad en Badajoz. Dos veces por semana, si no hago monta (procuro no faltar, para sacar buenas notas), me tropiezo en determinada Facultad con un cartel estratégicamente situado en un pasillo en el que puede leerse literalmente, todo con letras mayúsculas: “Estamos pintando. No colocar los pies en las paredes”. El caso es que el cartel debieron colocarlo allá por el mes de diciembre, cuando empezaron las pinturas. Yo no he vuelto a ver a los señores de la brocha por aquellos pasillos y por lo que he podido apreciar las paredes están inmaculadas y ello me hace pensar que los que antes ponían los pies en pared se han dado cuenta de que el cartel iba por ellos y han decidido comportarse como estudiantes cívicos, que se supone que si en sus casas no ponen habitualmente los pies en pared, tampoco van a hacerlo ahora en un centro público cuya conservación y ornato sale del bolsillo de todos nosotros, los contribuyentes. En estos últimos días, además, han aparecido carteles rogatorios en los aseos, en los que se invita a cuidar de los baños para que estén limpios, como se supone queremos que estén los de nuestras casas. Y a las entradas mismas de uno de los edificios que ocupa esta Facultad (cuál sea ella es lo de menos) también se recuerda que una Facultad limpia habla muy bien de quienes están en ella.
No sé yo si este letrero ha sido repuesto una y otra vez, como ocurría con el cartel que había en el banco del alférez, según cuenta la anécdota del cuartel de Sancha Brava, donde año tras año se repintaba el “prohibido sentarse” en un banco existente en la explanada de la Plana Mayor, porque años atrás un coronel mandó colocarlo tras la primera vez que se repintó el banco para que los reclutas no saliesen con el culo pintado de verde. A lo peor el caso es el mismo. Sea como sea, a mi me da verguenza este cartel en una Universidad que según sabemos pretende enseñar y formar a los alumnos para hacerlos personas de provecho a la sociedad, con educación y sin poner los pies en la pared. Esto es lo que hay, a vé...

(Publicado en la edición impresa de HOY el 25 de abril de 2016, aniversario de la revolución de los claveles en Portugal)

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