miércoles, 6 de febrero de 2013

No es broma, es increíble


Los dos caminan de casa al Lidl a ver las ofertas, las manos en los bolsillos, carretera de Valverde adelante.
Va Uno y le dice a Otro, con ojos aviesos, mirando de soslayo:
-Tenemos que hablar.
Y contesta Otro, con la capucha de la cazadora de cuero echada, bufanda tapándole hasta las orejas:
-¿Sobre?
Y replica Uno, con cara de enojo, pero cuchicheando porque a lo lejos ha visto venir s a tres jubiladas, cargadas con la esterilla que usan para hacer gimnasia, nada de Pilates ni cosas de esas, oiga:
-De sobre, nada. Es que ya han arreglado el reloj de la rotonda de Carrefour, en la carretera de Valverde, que llevaba un par de años estropeado. 
Y pregunta Otro:
-¿Y tb (también )han arreglado el de la rotonda de la carretera de Olivenza, el de la fuente de los anillos, la que decían del huevo frito?
Y zanja escueto Uno:
 -Tb.
Así que, parabienes al concejal de los relojes (que debe haber despertado ya de la siesta en la que ha estado un par de años, porque se le han ido estropeando sucesivamente casi todos los relojes indicadores de la ciudad y con su santa guevez -porque es varón y aquí ya se puede largar, que yo he leído a Luz Rueda escribir cosas peores- los ha ido dejando enfriarse), felicidades a quien lleve el tinglado que no es de una farsa, sino que es el entramado que permite que el visitante que llega a esto (Badajoz) se entere de la hora, el día y si hace frio o calor o cero grados. Y abrazos alborozados también al Ayuntamiento.
Porque esto no es una broma de Carnaval en Badajoz. Es la purita verdad. A vé…

 (Arriba, las dos imágenes del reloj, cuando nunca marcaba la temperatura y ahora que ya sí la refleja. Texto publicado en la edición impresa de HOY el miércoles 6 de febrero de 2013).

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