miércoles, 29 de mayo de 2013

¡A coger piedras todo el mundo!





Si salir de Badajoz para ir a Lisboa o Madrid ya es difícil, no digamos nada
lo que nos va a costar si queremos ir más lejos... (Fotos: M.L.)

Me ha llenado de satisfacción poder leer lo que ha dicho el alcalde Fragoso. Ha venido a reconocer que lo de ahora es indecente, refiriéndose a las comunicaciones desde Badajoz con Madrid y Lisboa. Decir indecente es decir poco. Desde hace un tiempo tengo necesidad de desplazarme con cierta asiduidad a esas dos ciudades y a otras más, como Barcelona. Cada vez que me planteo un viaje tengo que echar números y cuentas y ponerme en la piel de quien no disfruta de un calendario holgado como es el de los jubilados. Porque a las dificultades horarias se unen las derivadas de los medios de transporte, como son los trenes o los autobuses y el avión. Y eso sin hablar de los precios de los billetes, que esa es gorda.
    Y hay que añadir que lo indecente es haber permitido que hayamos llegado a esta situación. ( Miguel Celdrán, siendo alcalde, me dijo una vez: “En cuanto vea que quieren llevarse algo de Badajoz me siento en la carretera de Madrid y no dejo salir ni un alma”).
  Yo creo que todos los partidos políticos (no voy a hablar de los sindicatos, me da la misma vergüenza ajena) han ido permitiendo que todo el que ha llegado al poder, ya sea local o regional, haya dejado que le arañen no digo competencias sino enlaces, itinerarios, frecuencia de viajes… Nos estamos quedando sin trenes, el placer de ir fácilmente en tren a Lisboa escapa de nuestras manos y, por ello mismo, no recibimos portugueses ni madrileños ni catalanes (ni extremeños residentes en esas ciudades) que por aire o por tierra podrían hacer que subieran las cifras de turistas que nos llegan. Los plazos para la adjudicación de la línea aérea (y a ver con qué horarios nos vienen, señor consejero de la cosa aérea) se eternizan, pero se acortan los que nos privan de trenes que podrían enlazarnos con puntos que en estos momentos nos están prohibidos.
  Mucho me temo que por muy buena voluntad que haya colocado encima de la mesa el alcalde Fragoso, las cosas no van a arreglarse de un día para otro. Decir en Lisboa que hay que mejorar las comunicaciones está bien, pero donde hay que arañar es en Mérida y en La Moncloa, a ver si haciendo ruido donde está el poder y donde se manejan los dineros nos hacen un poco de caso. Y habrá que exigir, aunque sea cargados de piedras (porque estamos cargados de razones), que empiecen a hacernos caso. Como decimos en mi pueblo, ¡a coger piedras!

(Publicado en la edición impresa de HOY el viernes 24 de mayo de 2013)

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